En entradas anteriores preparé una pequeña serie acerca de los pasos necesarios para salir de una situación económica adversa (si quieres leerla puedes hacerlo en este enlace).
Hoy me voy a centrar en el truco Definitivo para controlar tus gastos
Ahora me gustaría centrarme en lo que considero el primer paso que te permitirá aprender a controlar tus gastos: conocerlos.
Quizá sea por deformación profesional (al fin y al cabo mi trabajo consiste precisamente en el control y la planificación financiera), pero me maravillo al conocer a gente que desconoce por completo los gastos en los que incurre mes a mes.
No estoy hablando de que no sepan exactamente cómo se gastan el dinero, si no que desconocen por completo el dinero que se gastan.
Y me resulta muy curioso que un porcentaje importante de estas personas, tampoco gozan de una situación desahogada. Llegan a fin de mes, pero lo hacen con dificultad.
Es decir, se encuentran apretados, se dan cuenta de ello a medida que se alejan del pago de la nómina, pero no hacen nada para intentar solucionarlo.
Cualquier empresa, sea esta pequeña, mediana, grande, nacional o multinacional realiza un control exhaustivo de los costes, y más en la situación en la que nos encontramos, cuando las ventas se ven reducidas por la situación económica nacional que ha provocado la reducción del consumo.
El control de los costes operativos puede dar a una empresa la posibilidad de disponer de más fondos que emplear para diferenciarse de la competencia, y puede suponer la diferencia entre mantenerse y aguantar (porque compensas la reducción de ingresos con la reducción de costes) o por el contrario tener que echar el cierre (porque no has sido capaz de compensarlo).
Esto, al fin y al cabo es sentido común. Y es una de las habilidades más importantes en la gestión presupuestaria y en el control de costes.
Lo bueno que tiene este habilidad es que no necesitas hacer un máster para adquirirla, que habitualmente (salvo casos extremos) viene de serie, y que lo único que tienes que hacer es escuchar al Pepito Grillo que todos tenemos en la cabeza y que nos dice de vez en cuándo «qué haces tío, para que te compras otro videojuego, si tienes mil y se te está hinchando la tarjeta de crédito».
El primer paso por tanto, si quieres encarrillar tu situación financiera es empezar a saber en qué se te va el dinero.
Para ello te harán falta dos herramienta muy avanzadas tecnológicamente e imprescindibles en este tipo de actuaciones, y deberás encontrar la forma de conseguirlas. Me estoy refiriendo al siguiente hardware: un cuaderno y un bolígrafo.
Por favor, comienza apuntando todos los gastos que realizas mensualmente, desde el pago de la hipoteca, hasta el pago de un desayuno.
No hay nada como darse cuenta de que te estás gastando 90 euros que no tienes al mes en desayunar, para comenzar a darse cuenta de que no puedes seguir este ritmo.
Incorpora todos estos gastos en tu cuaderno día a día hasta completar todo el mes.
Una vez pasado el mes, tendrás una visión global de lo que te estás gastando (por favor, considera que no todos los meses son iguales, hay meses que pagas el IBI o un seguro o el impuesto de matriculación y otros no), y podrás comenzar a plantearte si deberías replantearte tus gastos o puedes seguir como hasta ahora.
Ten esto claro, sin saber lo que gastas no puedes comenzar a cambiar la situación y recuerda una cita de Einstein. “locura es continuar haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes“.
Es decir, no puedes pretender que las cosas cambien solas, tienes que ponerte las pilas para poder cambiarlas. No hay más.
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