02 Jul Y tú, microemprendedora: ¿ Conoces tu negocio ?
La pregunta parece sencilla.
Pero tiene su trampa.
Antes de seguir leyendo te pediría que te lo preguntaras desde dentro:
¿Conoces tu negocio?
El otro día hablaba con un amigo.
Y cliente.
Pero antes amigo que cliente, mucho antes.
Este amigo me comentaba cómo había cambiado el mundo de la hostelería de unos años para ahora.
Es decir, de los años precrisis a los años postcrisis.
Antes de la crisis se abrieron bares como setas.
Las compañías cerveceras crecían y tenían dinero para invertir y promocionar estos locales a cambio de ventas futuras.
Muchas personas pensaron que se iban a forrar con un negocio de restauración, bien fuera un bar o un restaurante porque la gente salía, comían y cenaban fuera, iban de ronda en ronda de cañas.
Pero eso se acabó.
Empezó a subir el paro, la gente ya no tenía tanto dinero para gastar, ya no se tomaban dos y tres rondas. Una como mucho, y alargando todo lo posible.
Con menos demanda muchos negocios empezaron a ver como su caja cerraba cada día con menos dinero.
Empezaron a darse cuenta de que un mes y otro también empezaban a dejar de pagar a sus proveedores.
Hasta que cerraron.
Mi amigo no cerró.
¿Por qué?
Porque conoce su negocio.
Conoce la hostelería.
Pero no me refiero que sepa poner cañas y vinos. Que hable con los clientes y que les atienda bien.
Que también.
Me refiero a que conoce su negocio.
- Sabe cuánto le cuesta cada pincho que pone con la caña.
- Sabe cuánto le gana a cada coca cola que sirve.
- Sabe cómo los costes fijos le restan rentabilidad, y conoce la importancia de tener un volumen de gente que le permita diluir esos costes fijos, aún cuando sacrifique rentabilidad.
Mi amigo conoce su negocio.
¿Tú conoces tu negocio?
Un negocio es como tu casa.
- Tu casa tiene unos cimientos, una estructura, unas instalaciones de agua y calefacción.
- También tiene unas paredes, unas ventanas, unos azulejos.
- Y también tiene unos muebles, una decoración.
Para tener una buena casa, necesitas tener estos tres elementos. Si falla alguno de ellos no te sientes confortable hasta que lo remedias. En cualquiera de las tres patas.
A un negocio le pasa lo mismo:
- Necesita una estructura sólida: una buena gestión, un buen management. Necesita una estructura financiera sólida sobre la que levantarse. Una gestión adecuada de los recursos del negocio evitando duplicidades o despilfarros. Una estructura que permita preparar al negocio para el día a día y también para el futuro.
- Necesita un buen producto: si lo que vendes es malo, por mucho que quieras hacerlo bueno acabará cayendo. Tu producto o servicio tiene que ser bueno. Sí o sí.
- Necesita una buena presentación: sí. Totalmente necesario. No solo hay que ser bueno. También hay que parecerlo.
Muchos emprendedores y pequeños empresarios se centran en los puntos 2 y 3. Sin prestar atención al punto número uno.
Se preocupan por ofrecer un muy buen servicio y producto. De calidad. Pretenden especializarse en un producto de nicho. Con una atención esmerada y con una calidad muy alta.
Estupendo.
Pero dejan de lado el punto número 1. Como si no fuera importante. Con la idea de que si el producto es bueno, y la presentación también. El negocio irá adelante solo. No hace falta planificar, medir, seguir evoluciones ni controlar costes.
La diferencia entre los negocios que salen adelante y los que no está precisamente aquí.
En conjugar estas tres dimensiones adecuadamente.
En utilizar el control de gestión para dotar a tu negocio de la potencia económica y financiera que necesitas para seguir ofreciendo buenos productos con una inmejorable presentación.
Gabriela Vargas, más conocida como Gaby Vargas (conferencista, comunicadora, escritora y asesora de imagen mexicana) afirma con base en distintos estudios que el ser humano tiene en promedio unos 60 mil pensamientos diarios.
60.000 pensamientos diarios.
Esto significa 60.000 ideas diarias.
Y somos 780 millones de europeos.
Multiplica.
La idea final no es tan importante como la ejecución.
Y una buena ejecución se basa en una tener una buena planificación, tener las adecuadas fuentes de información y realizar las mediciones necesarias para asegurar el cumplimiento. Sin estas tres condiciones, la ejecución antes o después fallará.
Y si falla la ejecución, falla el pilar número 1 de tu negocio.
Y si falla un pilar de tu casa, ya sabes lo que pasa. No hace falta que te lo diga.
Mi amigo sigue teniendo su negocio porque conoce su casa.
Desde el tejado hasta las cañerías. Domina los tres pilares.
Y no habrá crisis que lo tumbe.
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