En este año 2022 estamos asistiendo a un año interesante en términos de cotizaciones monetarias, a la caída sostenida del valor del euro frente al dólar se ha unido, desde el final del verano, el hundimiento del valor de la libra esterlina. Aunque en las últimas semanas se están notando leves signos de recuperación, se está más cerca que nunca de la paridad monetaria.
Euro
El Euro ha sufrido un descenso realmente rápido en su cotización en el último año: ha perdido un 15% interanual en 2022. Alcanzó la paridad con el dólar en julio del 2022, y aunque se ha recuperado tímidamente, no muestra signos claros de mejora. Desde diciembre del 2002 (año de su creación), la moneda europea siempre ha cotizado por encima del dólar, llegando a alcanzar los 1,6 dólares por euro en 2008. Sin embargo, en el contexto económico actual, la alta inflación de la eurozona, espoleada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la crisis energética asociada son los factores que según los expertos han llevado a esa cotización 1:1 dólar euro.
El Banco Central Europeo, buscando frenar esa inflación desbocada y el sangrado en la cotización, subió en septiembre los tipos de interés, en un movimiento de enfriamiento económico. Esta iniciativa, si bien ha podido frenar la tendencia (actualmente la cotización está alrededor de los 0,97 $ por cada €), no ha demostrado ser un revulsivo económico que de la vuelta completamente a la situación actual.
Dólar
Por su parte los dólares han seguido una senda completamente diferente, ganando fuerza en su cotización frente a otras monedas. De acuerdo al “índice dólar” (el cruce ponderado del $ frente al euro, yen, libra, corona sueca, franco suizo y dólar canadiense), su rentabilidad en el 2022 ha alcanzado el 19%.
No obstante, a pesar de la senda alcista de la moneda, la bolsa estadounidense acumula unas caídas significativas en lo que va de año. La incertidumbre global y la sombra de la recesión amenazan el espíritu inversionista.
El alza del valor de la moneda encarece las exportaciones de las empresas estadounidenses, que pueden ver mermadas sus ventas internacionales. No obstante, la crisis energética en Europa puede hacer necesarias las importaciones de petróleo y gas desde EEUU, con lo que, al menos para determinadas industrias, la situación podría ser más favorable que nunca.
Si estos factores no fueran lo suficientemente contradictorios, esta posición de fortaleza monetaria y debilidad en el mercado de acciones, se ha dado en el pasado de forma inmediatamente anterior a situaciones económicas complejas: se produjo antes del estallido de la burbuja de las puntocom en los 2000, antes de la crisis económica global en el 2008 y antes de la crisis de deuda soberana de 2012. Los mercados acogen estas señales e indicadores con cautela y se mantienen a la expectativa de la evolución económica global.
Libras
Los cambios políticos no han ayudado a la cotización de la libra esterlina. La salida de Boris Johnson del ejecutivo británico a la vuelta del verano, la llegada de Liz Truss con unos iniciales recortes de impuestos históricos que finalmente han quedado muy desdibujados y su renuncia final tras sólo 45 días en el cargo, han avivado los miedos del mercado y acelerado la caída de la libra hasta niveles que recuerdan preocupantemente al histórico Miércoles Negro de 1992.
Actualmente parece ser que la única vía para salvar la libra pasa por el Bank of England y las subidas de tipos de interés. Los incrementos realizados hasta el momento han sido identificados como ‘tímidos’, y si bien es posible esperar anuncios de subidas más significativas para defender la moneda, la última experiencia similar no consiguió evitar la caída de la moneda británica.
El impacto en las familias
De entrada, puede parecer que el ‘precio’ del dinero no tiene un impacto tan grande en la economía personal, a no ser que importemos productos o viajemos frecuentemente. No obstante, sí que tiene un gran impacto a nivel empresarial, lo que finalmente repercute en general en todos los agentes económicos.
Aquellas empresas que importan productos o contratan servicios en otras monedas, ven cómo necesitan más cantidad de su moneda para pagar lo contratado, aunque el precio se mantenga, lo que impacta en sus márgenes y en consecuencia muchas acaben aumentando el precio de sus productos para mantener la rentabilidad, lo que al final acaba de nuevo afectando a la economía de las familias.
Será necesario ver si los distintos acontecimientos geopolíticos y las medidas de los distintos bancos centrales permiten que los mercados de divisas se estabilicen y den un respiro a la sociedad.