Trabajo con bastantes microempresas, constituidas por personas muy trabajadoras, muy activas, con muchas inquietudes y dinámicas que un día se dan cuenta de que lo que estaban haciendo hasta ahora ya no les convence.
Que no quieren seguir por la autopista por la que circulan la mayor parte de las personas.
Que quieren seguir su propio camino, uno más escondido, más pequeño, con menos tránsito, pero que les encanta.
Tú estás en ese camino.
Como yo.
Ahora bien. La autopista está bien iluminada, tiene varios carriles. Tiene señalización, tiene vías de servicio, gasolinera.
Si necesitas algo lo tienes. Si hay algo que parece que no funciona es relativamente sencillo identificar el problema y solucionarlo, porque hay mucho tráfico y seguro que le ha pasado a más personas.
Si tienes que pedir una baja, si tienes que hacer la declaración de la renta, sabes cómo hacerlo. No necesitas llevar un planificación detallada de ingresos y gastos ni monitorizar tu vida al detalle, porque tienes una nómina y tus gastos más o menos los tienes ajustados a esa nómina.
El camino sin embargo es distinto. Es de arena, de vez en cuando se cruzan raíces, hierbajos o incluso está cerrado por algún tronco caído. Es decir, es probable que te encuentres con más obstáculos y en ocasiones no sabrás ni siquiera que existe ese obstáculo y seguirás intentando quitar el tronco del camino cuando la mejor opción es rodearlo.
Te falta información. No estás 100% seguro de qué variables tienes que medir, no sabes ni siquiera si tienes que medir esas variables.
Tampoco sabes si tus cifras son buenas o malas.
Y si no sabes cuál es tu problema, tienes un problema.
Intuyes que van bien porque has ido creciendo la facturación, pero realmente no sabes si estás ganando o no dinero. Has oído hablar del fondo de maniobra, del cash flow, de la importancia de ambos. Pero ni tienes muy claro lo que son, ni sabes hasta qué punto son importantes para ti.
El que no corre habitualmente no sabe lo importante que son las zapatillas y como influyen en tu resultado.
El que no gestiona su negocio no sabe lo importante que es hacerlo. Si no manejas adecuadamente la información de gestión de tu negocio no sabes hasta qué punto estás dejando pasar oportunidades. Ni tampoco sabes hasta qué punto estás generando un problema que de aquí a unos meses se va a manifestar y te va a reventar tu liquidez y te va a obligar a tomar decisiones que de otra forma no hubieras tomado.
Has tomado el camino más complicado y a la vez el más bonito, pero no puedes permitirte recorrerlo sin el calzado, la ropa y la mentalidad adecuadas.
Y digo bien, no puedes permitírtelo, porque ya quemaste tus naves cuando decidiste dar el paso y lanzarte. No estás dispuesto a volver atrás, solo a mirar adelante.
El control de gestión te ayuda a identificar la causa raíz de tus problemas y a encontrar la forma de solucionarlos.
El síntoma que tú puedes percibir seguramente sea uno de estos: falta de tiempo, falta de liquidez, sensación de urgencia en todas tus actividades, desbordamiento mental, sensación de emprendedor orquesta (término que hace poco me comentó una persona muy cercana y que me encantó).
La causa raíz sin embargo no la tienes identificada.
Y hasta que no lo hagas, por mucho que intentes estirar las horas del reloj no podrás seguir haciendo crecer tu negocio.
Cada problema es generado por una causa raíz y tiene un solución. Igual que cada obstáculo en un camino puede solucionarse con una herramienta adecuada y el conocimiento suficiente.
¿A qué esperas entonces entonces para comenzar a quitarte problemas?