La semana pasada estuve en una formación acerca del Eneagrama con Alberto Peña Chavarino.
No puedo decir solo que interesante, porque fue algo bastante más allá de interesante. Digamos que por primera vez fui consciente al 100% de lo diferente que somos unas personas de otras.
De cómo las personas vemos la vida de forma distinta en función de cómo somos. De cómo tu personalidad influye en tu negocio .
Es como si cada uno de nosotros lleváramos todo el día puestas unas gafas de sol, con cristales de distintos colores, lo que hace que todos percibamos la misma realidad pero de forma distinta.
Por primera vez fui consciente también de las razones que hacen que yo funcione como funciono, y por qué me gusta tanto poner mi foco en la anticipación del futuro, en la planificación y en la ejecución eficiente de procesos.
Y lo que es más importante.
Por primera vez fui consciente de por qué no a todas las personas les apasiona este mundo como a mí.
Y también de por qué hay empresarias que no dedican tiempo al control de su negocio.
No es porque no tengan tiempo.
No es porque no tengan formación.
No es porque no tengan la experiencia suficiente.
Es simple y llanamente porque NO QUIEREN.
Porque no les gusta, porque no les apetece, porque no va con ellas, porque les aburre.
Y no pasa nada. Está bien.
Cada persona es como es.
Pero hay que tener cuidado.
Me explico.
Si eres pescador, mejor si sabes nadar.
Si eres cocinero en un restaurante argentino, mejor si te gusta la carne.
Si tienes un negocio, mejor si lo controlas.
Es muy probable que tú no seas como yo.
Es muy probable que a ti te enamoren tus productos. Que te enamore lanzar cosas nuevas. Que te enamore la relación con tus clientes. Y que no quieras ni acercarte a tus números, a tus procesos, al control de tu negocio.
Y no pasa nada.
Siempre que tengas a alguien que lo haga por ti.
No por ser como eres tienes que dejar de hacer las cosas que tienes que hacer.
Si no te gusta bajar al mundo del control de tu negocio, si no quieres bajar a mirar números y calcular márgenes, rendimientos, estimaciones para el futuro, cuentas de pérdidas y ganancias o balances. No pasa nada.
Pero alguien lo tiene que hacer por ti. Alguien en quien confíes.
Alguien que te pueda decir de una forma asertiva cosas como:
- este producto tiene un bajo coste y genera muchos ingresos, debes ir en este línea.
- este otro producto genera poca rentabilidad, habría que revisarlo.
- para poder alcanzar tu punto de equilibrio en esta línea de negocio necesitas vender tantas unidades.
- si no controlas tus costes en la producción de este producto, tu rentabilidad va a pasar a ser negativa
Tú no tiene que hacerlo. Porque no te gusta.
De acuerdo.
Pero tu negocio SÍ LO NECESITA.
¿Qué hace un deportista para medir su rendimiento?
Medirse continuamente y ver su progresión.
¿Y qué hace un deportista de élite para medir su rendimiento?
Contratar a profesionales para que lo midan mientras que él progresa.
Un negocio necesita un seguimiento y una monitorización de sus indicadores financieros.
Y puedes hacerlo tú, por supuesto que sí.
O puedes pedirle a alguien que te ayude.
Pero tu negocio no puede permitirse que no lo hagas.
Somos personas diferentes, cada uno de nosotros tenemos nuestros miedos e inseguridades. Nuestras capacidades y nuestras debilidades.
No dejes que tu forma de ser impacte negativamente en tu negocio.
Tu personalidad influye en tu negocio , ahora lo sabes. Aprovecha este conocimiento para construir un negocio más robusto.