Hay cambios que te esperas y cambios que no te esperas en tu vida.
La diferencia entre ambos es que para los primeros puedes estar prevenido y tenerlos planificados y los segundos te pillan totalmente de imprevisto.
A lo largo de 10 artículos te presento 10 de los cambios más importantes de tu vida y la forma de estar preparado frente a ellos desde el punto de vista de tu Economía Doméstica. Por eso llamo a este serie de artículos: Prepara tus finanzas para los cambios en tu vida .
Estar preparado para los cambios es esencial. Minimizas riesgos y solucionas los problemas antes. Esto es un hecho.
Por eso al final de leer cada artículo estarás preparado para afrontar ese cambio. Sabrás como te impacta y cómo recuperar tus finanzas.
Como consideraciones previas de cara a cualquiera de los cambios de lo que hablaremos a lo largo de esta serie te doy una serie de consejos previos:
– ten preparado un análisis de tu economía doméstica: Conocer la situación en la que te encuentras es la única forma de saber a priori las consecuencias de cualquier decisión. Si no sabes dónde te encuentras es imposible que sepas a dónde llegarás con el cambio de vida que estás planteando.
– controla tus emociones: sí, soy un obseso del control. Si sigues este blog sabrás que para mi es muy importante tener el máximo nivel de control sobre el entorno Esto minimiza riesgos. Y esto es ampliable al control de tus emociones. Al afrontar cualquier cambio no puedes dejarte llevar por el estrés o por tus emociones. Decide con cabeza y desde la tranquilidad. Si no la probabilidad de errar es muy alta.
– no te asustes por los cambios: si sabes dónde estás, y sabes dónde quieres llegar, los cambios son necesarios para alcanzar cualquier objetivos. Afróntalos siempre desde el optimismo. La forma en la que afrontas mentalmente un cambio impacta directamente en la forma en la que este cambio se ejecuta. Tu forma de pensar afecta a tu entorno. No lo olvides.
Dependiendo de tu situación personal cada uno de ellos encajará más o menos contigo, pues claro. Pero seguro que conoces a alguien que se encuentra en esta situación, échale una mano y hazle llegar este artículo, seguro que le ayuda.
Arrancamos entonces,
Prepara tus finanzas para los cambios en tu vida: tu Boda
Lo que vas a leer te vale si te vas a casar por lo civil, por la iglesia o si simplemente os vais a vivir juntos como el comienzo de una vida en común. Esto es el punto discriminador de hecho. La vida en común. Esto significa que vais a gestionar recursos de una forma conjunto, y esto es algo radicalmente distinto a lo que habías hecho hasta ahora.
Estate atento: si lees con detenimiento estos 4 consejos, los asimilas y los aplicas me lo vas a agradecer. Tanto tú como tu pareja.
Vamos allá:
- Averigua si encajas financieramente con tu pareja: tus metas y las de tu pareja deben ir de la mano. Debes conocer las de tu pareja y compartir con tu pareja las tuyas. Debéis fijar ya de primeras algunas metas conjuntas. Te pongo un ejemplo: si tú te preocupas por tu futuro y tu pareja es un manirroto vais a enfrentaros a muchos problemas. Si eres consciente del tipo de objetivos financieros que tiene tu pareja podrás minimizar las posibilidades de que al final acaben rompiendo contigo (o a la inversa).
- Decide si queréis cuentas conjuntas o separadas: la opción más operativa es fijar objetivos comunes pero mantener independiencia financiera. Aunque inicialmente puedes pensar que sois una sociedad y que deberíais gestionarlo juntos, también es probable que tengáis objetivos distintos. Y vuelvo al apartado consejo número 1. Ten en cuenta que si decides casarte puedes elegir entre el Régimen de Gananciales (los derechos y obligaciones de ambos están vinculados. Es decir, por ejemplo, si firmas un préstamo también afecta a tu pareja) o de Separación de Bienes (cada cónyuge es el único responsable de sus deudas y dueño de sus bienes).
- Dale una vuelta a los beneficiarios de tus inversiones: si tu vida ha cambiado. Si quienes te acompañan en tu vida han cambiado. Cambia los beneficiarios de tus productos financieros y seguros de vida.
- Revisa si necesitas un seguro de incapacidad o incluso de vida: ¿Qué sucede si te pasa algo a ti o a tu pareja? ¿Podíais vivir solo con los ingresos de uno de los dos? Hazte esta pregunta y si la respuesta es no contrata un seguro.
Y ojo, no me vengas con «estas cosas no se pueden hablar de forma abierta» porque te digo que vives en el siglo pasado. Si habláis de a qué bar vais a tomar esta tarde una caña, decisión intrascendental donde la haya, cómo narices te estás ni siquiera planteando no hablar estos temas con tu pareja. Ni se te ocurra cometer el error de dejarlo para más tarde porque esta punta de iceberg irá haciendo que vuestra relación emocional se vea afectada. Será como una cuña que la irá quebrando o al menos añadiendo tensión en algo que debería ser una balsa de aceite.
Recuerda a más formación en Finanzas Personales más posibilidades de salir adelante y mejorar tu Economía Doméstica. Está en tu mano.
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